sábado, 25 de julio de 2009

juegos de mesa

el parlante, dos círculos, la luz, el botón, el velador, plateado, el monitor, un cable, el teléfono, la tecla f3, el borde iluminado del monitor, un logo, el soporte, una tapita blanca de luz en la pared blanca, una iglesia de van gogh, una ventanita pequeña con el borde superior en arco y la parte inferior recta, con cuatro vidrios y la manija, y la cortina, y el teclado, y el mouse, y el teléfono de nuevo, y el termo con tapita roja que le compramos cuando se rompió la que venía originalmente, y un enrosque de cables de varios colores: azul, rojo, negro, blanco, azul, blanco, un aparato esbelto con lucecitas, conectado, online, onláin, la impresora, un pensamiento, esto no es escribir, sin embargo lo es, es mas escribir que otra cosa, es sobre todo escribir, porque hoy pensaba hace mucho que no escribo, y me pregunto qué pasa, se deja de escribir cuando uno no escribe, porque está enamorado no escribe, o porque es lunes no escribe, o porque el sweater se apelotono no escribe, y hace falta escribir, siempre hace falta escribir. escribir por escribir, escribir por ver las letras dibujarse en la pantalla una al lado de la otra, desparramadas como caídas de un árbol, y se juntan y se amontonan y toman distancia y yo las miro, las mido, las huelo, las toqueteo, les pongo comas y puntos suspensivos, las divorcio irreparablemente con puntos aparte, las lleno de pompa, las visto casi nunca las desnudo, y cada tanto...punto!

.me alejo
y miro el dibujito que hacen en el papel, en la pantalla, en el monitor al lado del teléfono y el velador, junto a la impresora y el jirón de cables de colores rojo, azul, blanco, negro, azul, y van llenando la pantalla de a poco, al comienzo frías, desconfiadas, recelosas, y de a poco se van encontrando, en un silencio, en una coma, en un pequeño verso casual y el frío merma, y el dibujito crece y se retuerce y yo muevo las manos por el teclado y hay una música siempre, la de las teclas, la de los pensamientos, y un murmullo de letras que ya piden pasar la página y parece que no se fueran a acabar nunca, es como la lluvia, o la sed de la mañana, y yo las voy limpiando y ordenando, organizándolas para que la casita no se venga abajo y resista, que todavía no sabemos cuántas van a ser, y son femeninas y son niñas y son masculinas, y tienen sus gustos y son caprichosas, y a veces un grupito de irreverentes se envalentona formando una frase y empiezan las exigencias, y yo de acá para allá con los dedos y las manos y la boca, pensando, buscándoles materiales y les ofrezco una y otra palabras y a la tercera que no les gusta la cosa se pone tensa, entonces busco sinónimos, juegos de palabra, colores, tejas, tazas y se empieza a desdibujar y entonces zas! me arrancan la palabra necesaria y todo es dicha, y celebramos y siguen cayendo letras y palabras y en un buen momento se empieza a sentir que la cosa como que se acaba, entonces hay que ir cerrando, pensando el color del moño, y la forma de la silueta, los pinceles finitos para el final y otra leída, las mayúsculas están muy duras, hay q pulirlas, reemplazo los puntos por comas y esta o aquella palabra que vuelan, necesita más espacio hacia el centro y el principio esta dudoso entonces cambiamos alguna que otra figura pero al final qué, si lo importante era escribir, escribir por escribir, escribir por ver las letras dibujarse, junto al parlante, los dos círculos, la luz, el botón, el velador, el enrosque rojo, azul, blanco,

martes, 7 de abril de 2009

Sobre las razones (más por escribir que)

No se fíe de marionetas.
Debiera usted hablar,
debiera volver usted a hablar,
aunque esté seguro,
sepa, no es lo que se ha dicho
sinómásbién
lo que se está diciendo.
Vea, entiendo que es necesario
Pero le ruego, no certeze

Lo ví, y no lo culpo
Tan pronto se evapora
A guardar a guardar,
Pero a no solidificar,
Contener el impulso
Y volver,

reinterpretar,
reimpregnarse,
y claro,
reconstruir,
pero siempre sonsaber,

que no es más que
una versión una,

una de las todas

Escuchelo,
Escuchese,
Que por algo
Ha dicho
Que por algo
Sus razones.

martes, 17 de febrero de 2009

…de ella

Empapado de ella y su eterno tempestar,
Naufrago de su bramante ensimismancia,
Víctima tiritante de su corrosivo intransigente,
Cómplice absoluto de nuestra flamante conflictancia,
Colerista enreverado de sus arranques faustos,
Óleo puro para sus dos de hidrogeno y uno de oxígeno,
Activista frecuente de mi mío proyecto de ella,
Fiador desinteresado de sus eventuales deudas,
Frustrado proveedor de sus infinitas sedes,
Acróbata indeciso en sus cuerdas flojas,
Carente autoconsciente de toda noción razonable,

Intermitente admirador de sus violentas virtudes,
Asiduo suspirante de sus ausencias,
Catador guloso de sus fraganciosos sabores,
Tejedor incansable de su afrodismo celeste,
Humus fresco para sus pies de flor,
Curioso explorador de su espalda estrellada,
Generoso donante de la infinidad de mis poros,
Orgulloso portador de una o dos de sus lágrimas,
Coleccionista infatigable de sus horas todas,
,,,

sábado, 7 de febrero de 2009

Vulnerario Ventral

No es culpa para echar féminas, es solo que tarde o temprano el compuesto decolora, vira hacia el pardo amarillento. Es algo amónico, serológico, excedente a lo genital, ni hendiduras longitudinales ni bacilos coléricos. No hay nada que hacer.

¿Es acaso posible extraoralizar un vulnerario ventral, un atlas en sentido proximal? Desde la cavidad sigmoidea menor del cúbito hasta la misma cresta ilíaca, sin perder detalle de entrelazado alguno de ramas anteriores y posteriores, de filamentos y aferentes viscerales, conciliando plexos pares e impares, celíacos, y hasta mesentéricos, una verdadera red intracorneal antipática(aunque cromática y cuantitativa). Penetrar la raíz sensitiva, atravesar el núcleo motor voluntario, abdominal, y llegar al axis.

Sucede que desde el génesis mismo del contacto con los labios y salivales del cuerpo ajeno, del otro individuo, las vénulas se estrellan endométricamente (sin decusaciónes), destilando albúminas y pigmentos suspensos que se aglutinan, segregando un tinte rojo púrpura. Estas reacciónes precipitadas por el carácter hipersensible de los hidróxidos ante los estímulos alcalinos, ocasionan la condrodisplasia endo y exodérmica, produciendo a corto plazo translocaciónes estructurales.

Las policistinas de ambos individuos entonces, recodifican los tractos en pos de la emisión y recepción de las glucosas moleculares. Familias enteras de enzimas y linfocitos son intercambiados, asimilados y metabolizados. Inoculaciónes subcutáneas durante estos períodos reflejan la infinidad de pigmentos biliales que se depliegan errantes por el citoplasma estomacal de los cuerpos afectados.
La flora vascular se ve enriquecida, se generan irradiaciones ultravioletas e infrarojas y durante algún tiempo se logra el armónico químico incoherente que endorfina los terminales vitales, logrando enormes progresos metabólicos.

Pero el sistema inmunológico específico, tarde o temprano merma… se provoca la ruptura de los anticuerpos sustanciales y los antígenos fagocitosos no tardan en provocar la migraña en el aura ventral.

En cuestión de micros, se defibrilan las capas superiores y no tardan en infiltrarse los agentes fármacos, desgarrando células germinales, uñas y vellosidades esenciales.

Con la aparición de los citados síntomas, el cuadro es irrevocable, y se debe proceder a una intervención quirúrgica urgente. La hoja de metal pulimentada fría es el instrumento idóneo para esta clase de procedimientos. Se extirpa de una sola incisión los virocitos y bacterococos engendradores, así como también todo ligamento visceral entre los cuerpos infectados.
La amputación, definitiva e indeclinable, dejará como consecuencia, ambos organismos irremediablemente truncos, arterias y tejidos disueltos, hemorragias infestivas y una anastomosis aguda generalizada.

En vista de lo desarrollado anteriormente, es importante que se tome conciencia del peligro de las interrelaciones congénitas. Quien no desee exponerse a semejantes riesgos, deberá tomar medidas profilácticas a modo artificioso para no correr riesgo de ligamiento psicosomático con otros individuos. Solo en el contexto de la individualización segmentada podremos hallar las vías para la construcción de una sociedad hedonilica, sin riesgos de interacción errática, limitándose a burocralidades simples y domésticas, y reduciendo las posibilidades de hipersensibilidad al mínimo.

En otras palabras, ¡mejor prevenir que curar!

sábado, 31 de enero de 2009

De no creer!

No no! es que el bolso me encanta eh!, más te digo, mientras está abierto es de los mas lindos que ví, no te quiero exagerar viste, pero tiene una exuberancia, un garbo, un señorejo… qué se yo, no sé, lo tenés que ver viste, sino no te haces la idea, pero te digo que…
no, mientras sacás o metés algo es un lujo, brilla que acalambra la pupila, las terminaciones de cuero puro, las costuras sólidas, el broche plateado pulido con una saña que te refleja hasta los pensamientos…

El tema que cuando lo cerrás… va, lo cerrás… sí, digo, no se puede tener el bolso abierto de par en par todo el día, vas de acá para allá, haciendo algún trámite, metes, sacas, pones y en un momento dado, no sé, pagas, chau gracias, guardas una que otra gilada que compraste - o mismo la billetera-, agarras el broche de imán plateado ese que tiene y plum, cerrás y a otra cosa mariposa...

digo, es lo normal no? Qué más lindo que agarrar el bolso con determinación, con virilidad y cerrar, con ímpetu viste, como quien no tiene ni una duda en el valero, cerrar y a la calle, waw!

No es una manía, es una cuestión mas bien… básica, abro, saco, cierro, todos lo hacemos, las viejas, los pibes, los vendedores de valijas.

El bolso es lo más lindo que tengo viste, pero cuando lo querés cerrar, ahí está la cosa…
Ojo, capaz soy yo, no sé, no digo que el problema sea de el, pero no va que lo quiero cerrar que…

ponele, el otro día, venía en el subte y saco del bolso el sudoku (para distraerme una rato porque me aburre horrores viajar) y me pongo a jugar. Como me bajaba medio rápido, ni cerre el bolso porque ya tenía que guardar, viste? Llego a Callao (en esa me tenía que bajar), y yo ya me la veía venir porque no soy ningún compadrito, tonces tomé coraje, me arremangué la camisa (porque aparte hacía calor), y como si nada, cerré la revista del sudoku (como un campeón la cerre, me hubieras visto, pla! hizo, impecable) y ahí nomás encaro el bolso, de reojo, casi sín mirarlo, para no hacer tanto espamento y entonces…click!

No daba crédito a mis oídos, cerró, al fin, de una vez, era el comienzo de una nueva era en mi vida, el bolso que, por lo demás, era perfecto, ahora también cerraba!...

ante la escalera mecánica había apostados tres músicos y un petizo con vozarrón arrabalero, cantando unos tangos y ahí nomás me puse a bailar del júbilo, me invadió el buen augurio, entre vuelta y voltereta, con los ojos cerrados, pensé en el ascenso que me esperaría al llegar al trabajo, en el aire acondicionado que por fin iba a poder comprar en cómodas cuotas, o en la morocha esa de rulos que venía justo atrás mío (que no me había registrado en todo el viaje) que ahora me pispiaba libidinosa, doy un giro y otro más y me doy cuenta de que no soy el único que se mueve al compás de la música, toda la escalera se ha convertido en una gran milonga al ritmo del dos por cuatro, el circulador de aire pulveriza un pilon de subtepases y el aire se llena de papel picado, los matafuegos rocían el ambiente de humo, y entonces, en el clímax de aquella bacanal, decido tomar mi bolso y agasajarlo como se lo merecía, al fin y al cabo, era merito mutuo aquel grandioso logro, (el más grande de todos los que había soñado conseguir), lo tomo en mis brazos, lo elevo por ante mis ojos y es en ese instante, donde sobreviene la tragedia…

el imán del cierre había hecho falso contacto y en lugar de cerrarse, se había prendido a una moneda de 25 en el interior del bolso, moraleja, estaba abierto… La desazón me arrebató por completo, tal fue el shock que no levanté el pie al final de la escalera, y ésta(la muy turra), con saña, se lastró el cordón de mi zapato...

cuando sentí el tirón, arranqué a patalear a lo loco, pero era insaciable, se tragó mi zapato, la media de rombos, y ahora tiraba de mi botamanga de corderoy, arranqué a los gritos "aucilio aucilio" y casé lo primero que encontré, uno de los bucles de la morocha de atrás, que sin preambulos, me calzó un carterazo en los premolares al grito de "largá o te rompo el alma!". Le quise esplicar, pero se me llenó la boca de papel picado, vistes, asique me tragué nomas los alaridos mientras la escalera me comía ya la ingle…

dos segundos más tarde, la escalera me había deglutido por completo y Buenosaires apenas si se acordaba del episodio en la escalera.

La música había terminado. El petizo tanguero se despidió de los músicos y, partitura en mano, se disponía a salir a Callao por la escalera mecánica, cuando nota algo peculiar sobre el final de la escalera...

una tirita de cuero que aleteaba como llamándolo desde las profundidades. El petizo, tocado profundamente en su curiosidad, se agacha y tira de la simpática tirita, desenterrando de entre los dientes de metal, un reluciente bolso de cuero.

Contento con su hallazgo, el petizo se cuelga el bolso al hombro, guarda las partituras, cierra y sin más, se pierde en la muchedumbre.