miércoles, 2 de abril de 2008

"Sentirse marchitar"

...como Ella lo dijera alguna vez.
los días consumen mi brillo con pasiva voracidad, como un fuego tibio que debora el aire. El combustible de los sueños se muestra finito, acaso por vez primera (siempre es por vez primera). De pronto hay una infinidad de músculos entre la sonrisa y yo. Se pierde la gracia de toda cadencia. Los corceles se despluman, el alma pierde las ideas y se abraza uno a las más frívolas empresas con tal de no seguir cayendo (o al menos dejar de notarlo). Ahí donde suele estar el resplandor radiante de mi aura, en las pupilas de otros, allí no hay más que algún garabato gris. Las ideas caen a tierra como pájaros enfermos: la belleza deviene en carne, el amor se desdibuja en sabanas.
¿dónde está la fuerza para salir de esta helicoide infernal? heme aquí débil, indolene, patético, enterrandome aún más letra a letra. Ríanse de mí, ríanse del idiota, masturbandose, embriagandose de su sangre hasta el vacío.

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