jueves, 25 de octubre de 2007

Edén

Son ellas mismas
las fuerzas que luchan por mantenerme vivo
las que vigilan celosamente aquella puerta,
(de día mas que de noche)

Pero acaso por incuria
o tal vez por morbosa curiosidad,
descuidan de cuando en vez,
el solemne pórtico
y basta esa efímera dilación
para dar lugar a la tragedia:

Se cuela su esencia toda
como el perfume de mil jazmines
fermentada de encierro
se abre paso hasta mí
como una monstruosa hiedra
y me embriaga

Pretérita plenitud
tóxica remembranza
aquella piel
aquella imperfecta criatura
cuya alma oscilaba sin paz
entre la más acabada idea de la hermosura
y las raíces mas negras
de los más negros jardines

Mar negra
bebo de sus muertos
(que son los míos)
bebo de mi yo más celeste
y vomito arena
infértil
infecta.

Guloso náufrago
Bebiendo la mar de sus desdichas
Llena su garganta de versos podridos
reseca las tintas de toda poesía

Desespera al borde del abismo
balbucea un grito de auxilio
dejan los centinelas su letargo
Truena el gran pórtico
solo queda ecos
solo queda noches
solo
queda
solo.

1 comentario:

Mercedes dijo...

Miro tus fotos de niño, te recuerdo en la intimidad de las charlas familiares ...y pienso ...jamás imaginé que dentro de ese niño inquieto, rebelde y revoltoso se estaba gestando un alma con tanta capacidad de expresión...
Me encanta y enorgullese....un abrazote de oso
Merce